sábado, 14 de marzo de 2015

Francisco Jackson, el otro hombre en el espejo

Michael Jackson
Hoy mis oídos me piden las notas de "Beat it", cantado por la fuerza indomable de Michael Jackson. Por momentos, la música me evoca su carácter irreverente, polémico, audaz, quizás muy reprobable y equívoco pero de indudable brillantez artística. Deseo bailar, desatarme, mover mi cadera y saltar ágil en torno a mis pies,  mientras él grita:.. The fire's in their eyes and their words are really clear, So beat it, beat it... 
Refresco mis labios con una copa de Alma Unx, un garnacha blanca, y quien se asoma ahora a mi retina y despierta en mi memoria es otro hombre: Francisco Bernabéu.
Francisco Jackson en Marbella, 2009
Es agosto de 2009 y me achicharra el sol de Marbella. Estoy a punto de encontrarme con el rostro de Francisco en un cuco apartamento de la Calle Málaga. Transcurre casi el tiempo de un cigarrillo, me giro y veo un Michael Jackson vivo, guapo, alto, radiante y que me dirige una mirada sagaz,... en un santiamén me resbala la colilla al suelo de parquet porque estoy perpleja. Resoplo y me alivio cuando mi conciencia ya me avisa que estoy ante el doble oficial de Michael Jackson.
Mientras mi móvil me martillea sin cesar con llamadas, antes de llegar a la rueda de prensa, observo que Paco es cercano, muy educado, circunspecto, listo, de carácter atrayente y sonrisa hechizante, tal vez con una reserva personal más descarada.
De la sonrisa pasamos al entendimiento y en pocas horas, al trabajo  porque sin dejar de sudar, sube al doble escenario. Es un artista desafiante, celoso de cada detalle, intransigente consigo mismo, porque anhela la perfección. Paco fascina cuando baila, con movimientos impecables y ensayados, ritmos de cadera, pelvis y piernas coordinados y limpios, que contagian vertiginosamente el ritmo de Billie Jean. Deja boquiabierto al público y a los que le envolvemos, y confunde nuestras percepciones, porque casi olvidamos que el Rey del Pop ha muerto. 
Francisco Jackson

Marbella viste de lujo a Paco Jackson, como si fuera el mismísimo Michael y lo encumbra.  Hago titulares, fotos, notas, la prensa se vuelca sin aliento y el público ya no quiere distinguir entre el original y el doble, tan sólo se embriaga con la música y el baile. Se generan cien mil entradas en 10 minutos en la red de Internet, es 2009 y no resulta tan fácil salpicar al mundo entero porque es escasa la presencia de las redes sociales y aún así nos llueven emails de medios de comunicación canadienses, japoneses, irlandeses, alemanes, franceses... La revolución mediática es de un éxito incalculable y al día siguiente el chico de Sueca con el apellido Jackson es portada de semanales veraniegos en la prensa nacional, de ediciones de lujo en la prensa extranjera de la Costa del Sol, nos solicitan directos para programas vespertinos de televisión y la agenda se desborda...
Francisco Jackson conquista Madrid, recorre España, triunfa en Lisboa, Luxemburgo, Paris, Varsovia, Puerto Rico, Orleans, Ginebra, etc, etc.  Pero debajo de la visera de su gorra, siguen los ojos del chaval osado de un pueblo de la  Ribera Baixa que iba para médico, que sigue hablando valenciano, cuyo agradable timbre de voz es inconfundible y que ahora, cuando nadie le puede restar bravura ni mérito, se ha convertido en un artista porque ha pintado su vida de esfuerzo, empeño y lucha.
Homenaje a Michael Jackson en Marbella
Apostaron por él para mover a la masa, huérfana del original, cuando Paco llevaba años trabajando, bailando, haciendo de su ídolo un doble,  y humilde y pertinaz, alternaba en Benidorm con la magia. De la mano de un musical que sigue recorriendo Europa, Fran Bernabéu (Francisco Jackson) es, precisamente, como por arte de magia, el deseado Man in the Mirror (Man in the Mirror).

1 comentario:

  1. el texto seduce hasta el infinito...Y ya veo a este hombre... por Dios

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