viernes, 26 de agosto de 2016

El hermoso silencio de "l'Oli del Mar"

Un lugar en el mundo
Silencio.
Entramos sigilosamente en los sueños que habitan en un baúl del Delta de l'Ebre, porque así nos lo pide su poseedor. Mi hermana y yo hemos llegado a este bello espacio atravesando un angosto, rocoso y polvoriento camino de tierra árida donde crecen olivos de épocas milenarias y donde permanece, por instantes, rescatado en nuestro olfato, el suave olor a arrozales verdes granados. Escuchamos la voz penetrante de los sublimes troncos de olivos replantados que agradecen haber sido salvados de una salvaje agresión que los mutiló. Nos atrapa enseguida la actitud gentil y afable del dueño de la finca de l'Oli del Mar. 
A nuestros ojos, dos horizontes que se entremezclan: el mar de olivos verdes y el mar azul mediterráneo. Entre la linea difusa que dibujan las hojas de los olivos, advertimos los colores y el perfume a armonía que desprende Sergi y su casa, con constantes pinceladas estéticas en azul y blanco. Nos saludamos en lengua de signos y nos damos tres besos en las mejillas, pintando nuestro propio universo. Ya son protagonistas la sonrisa, la sensibilidad y el silencio. Tres eses (S)... y un cava Brut Nature del Penedés. ¿Por qué será que el nombre de Sergi también comienza por S?...
Ortigas de mar de Lo Goleró (L'Ampolla)
Yo suelo decir que el mejor plan es la ausencia del mismo, y así, de repente, como atrapados por el hechizo de l'Oli del Mar, en escasos minutos, nos encontramos delectando unas exquisitas ortigas de mar en Lo Goleró, en la puerta del Parque natural del Delta del Ebro, achispados por el vino, la cerveza, y el cava y  ahondando en los secretos que esconde un ánfora romana.
Ánfora romana del pirata Salva
Sergi, mi hermana y yo, transpiramos gotas de l'Oli del Mar y poco a poco vamos transportándonos a un mar de sensaciones. Cautivo de mi deliciosa hermana, un viejo pirata, cuyo nombre también empieza por S (Salvador), besa espontáneamente los labios de ella y le dice que sabe a cava Gran Reserva Grimau, que su pelo desprende burbujas doradas y que sus ojos achinados, hablan y escuchan. Salva imagina que ella es la emperatriz romana Livia Drusila, mientras ella sigue hablando con sus manos, deleitando, y como por arte de birlibirloque, abrumada, nos relata en lengua de signos, una historia que ocurrió en la era de antes de Cristo entre las aguas de la playa del Trabucador: 
Un romano llamado Avienus, puso al Ebro el nombre de 'río del aceite' (Oleum Flumen) después de que una noche de lujuria, mientras navegaba, se le rompiera una de sus ánforas llenas del líquido oro y se esparciera sin piedad por el mar... Bañó de aceite tierras de Roses, Empúries y Tarragona y allí comenzaron a crecer olivos. Y miles de años después, esas aceitunas, que saben a mar, a Delta y a quimera, se convirtieron en zumo y se envasaron en un ánfora blanca con ondas azules. 
Ánfora blanca de l'Oli del Mar
Dentro de esta ánfora blanca está el embrujo de un aceite. Un aceite de oliva virgen extra que al saborearlo, no te deja sentir y pensar a la vez...  Es su seducción.

Tienda de l'Oli del Mar en El Perelló (Tarragona)
Bailamos de la fantasía hacia la realidad, o viceversa, y ahora dos cuerpos se mecen en una hamaca de la selva nicaragüense, sintiendo el calor abrasante, la luna dormida, el sexo de las ramas de olivo y la danza mágica de una diosa romana de voz bella, que huele a flores y a l'Oli del Mar.
Quizás es otro sueño porque muy cerca, entre la Cala María y la Cala Roig, pasea la esperanza, una leal traidora inspiración, de intermitente aparición... ( palabras robadas a un tema de la banda musical Love of Lesbian, regaladas por nuestro pintor de colores). Cautivas del encantamiento, recitamos 11 versos a las olas y nos regalan pensamientos de un vino con uva gewürztraminer.
Nos rendimos al indomable sortilegio de l'Oli del Mar,...  Dicen sus creadores que va directo al corazón. 
Para mi, sus gotas son salvajes, lujuriosas... y cuando cae la noche  quieren conquistar el licor de crema de arroz, pero se disfrazan de palabras sensitivas y resbalan por todas las ESES(S) de este relato: sueños, sonrisa, sensibilidad, signos, Sergi, y SILENCIO.

El embrujo de l'Oli del Mar. La entrada a los sueños.


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